Los Fondos de Rentabilidad Objetivo
Fondos rentabilidad objetivo. ¿Son tan seguros como nos quieren hacer creer? Producto estrella del sector financiero en el año 2023, ha iniciado el 2024 con fuerza, pero apunta a diluirse con el paso de los meses. Muchos consumidores que acudieran a una sucursal bancaria intentando contratar un depósito, se habrán encontrado con un no como respuesta y con este producto como una alternativa “segura”. Aquellos que estuvieran más familiarizados con la dinámica de los fondos de inversión, habrán recibido como respuesta que “son como los antiguos fondos garantizados”. ¿Les suena de algo?
Ni seguros ni garantizados
Antes de continuar conviene dejar una cosa bien clara. Son un producto de inversión, no de ahorro. Y, a pesar de poseer un enfoque claramente conservador, tampoco están garantizados.
De hecho, si entramos en detalle, INVERCO (Asociación de Instituciones de inversión Colectiva y Fondos de Pensión), los denomina como “Objetivo Concreto de Rentabilidad No Garantizado”.
Entonces, ¿por qué ese interés de disfrazarlos de algo que no son?
La respuesta es muy sencilla. En un escenario en el que las principales entidades siguen mostrándose reacias a ofertar depósitos a plazo, una rentabilidad objetivo entre el 2,50%-3,50% resulta muy atractiva para los consumidores.
Si a eso le sumamos que no requieren apenas gestión y que llevan consigo el cobro de comisiones, el negocio está servido.
¿Cómo funcionan exactamente?
Su composición es muy sencilla. Para poder ofrecer esta “rentabilidad objetivo”, las gestoras de los fondos hacen acopio de productos con vencimiento y rendimiento conocido, generalmente en forma de deuda o bonos, ya sean públicos o privados.
Los mas frecuentes tienen una política de inversión que versa sobre la deuda pública española o de otros países del entorno europeo, sintiendo predilección por la deuda italiana. Mientras que los que basan su política en deuda privada, lo hacen adquiriendo bonos de empresas con baja calidad crediticia, dado que la plusvalía esperada es mayor.
Su gestión es prácticamente inexistente, por lo que apenas reporta trabajo a la entidad gestora y a su vez genera unas comisiones que pueden situarse en torno al 0,50%. Puede no parecer mucho, pero no está nada mal por no tener que mover un dedo.
Entonces, ¿dónde reside el riesgo?
El mayor riesgo de estas inversiones es la liquidez. Supongamos que decidimos invertir parte de nuestros ahorros en un fondo compuesto por deuda española e italiana con vencimiento a 2025 o 2026. La rentabilidad prometida sólo se obtendrá en el supuesto de que mantengamos la inversión hasta su vencimiento.
El problema surge cuando por algún motivo nos vemos obligados a recuperar la inversión antes de su vencimiento. Aquí entran en juego dos factores que deberíamos de conocer antes de haber realizado la inversión.
- Para limitar las salidas del fondo antes de su vencimiento, las gestoras suelen incluir en los contratos una comisión por reembolso anticipado.
- Los bonos que constituyen estos fondos se negocian en el mercado secundario y pueden perder valor, lo que puede afectar negativamente a nuestros ahorros (especialmente en épocas de subidas de tipos).
Además de estos factores, si la inversión se hubiera realizado en bonos privados, habría que contar con que el riesgo de crédito es mucho mayor. Si alguna de las empresas que componen la cartera no puede hacer frente a sus obligaciones o no lo hace dentro de plazo, esto generará pérdidas para los partícipes de los fondos.
Conclusión
En definitiva, este tipo de productos pueden ser una buena opción para aquellos consumidores que busquen obtener rentabilidades más o menos atractivas para parte de sus ahorros. No obstante, es necesario recordar que se trata de una inversión y que, como tal, no está exenta de riesgo.
Para evitar defectos en su comercialización, la CNMV exigió recientemente a las gestoras de los fondos que advirtieran sobre la posibilidad de obtener pérdidas y sobre las comisiones aplicables a cada fondo.
Sea cauto. Recuerde que Vd. es el principal responsable a la hora de gestionar sus ahorros, y que puede contar con ADICAE para resolver las dudas que puedan surgirle con sus contratos de ahorro-inversión.
Daniel Herrero Lorente
Miembro del Consejo de AICAR ADICAE