Tras casi 15 años, mi viejo vehículo ya daba más problemas que alegrías, así que muy a mi pesar tuve que aceptar que debía buscarle reemplazo.
No es tarea fácil adquirir un vehículo dada la amplia gama de posibilidades, ya no solo en cuanto a marcas y modelos, si no en cuanto a tecnologías, pues hoy en día a los clásicos motores de combustión (gasolina, diésel) hay que añadirle los motores de GLP, los eléctricos, los híbridos, los híbridos enchufables, etc.
A ello hay que añadirle las posibilidades económicas de las que cada cual dispone. Y es que la adquisición de un vehículo es el segundo motivo de endeudamiento mas importante que hacen las familias españolas, solo por detrás de la adquisición de la vivienda.
No obstante, hechos mis cálculos y analizado el mercado, decidí adquirir un vehículo concreto de una marca que era el que mejor se adaptaba a mis necesidades.
Y es aquí donde quiero compartir mi nefasta experiencia con esta marca por la forma en que trataron de aplicarme una condiciones muy perjudiciales para mí, ocultas tras una sonrisa y un montón de facilidades a la hora de adquirir, y especialmente de financiar, dicho vehículo aunque creo que es una práctica habitual en casi todas las marcas de vehículos.
La dinámica es la siguiente: Tras ver las diferentes opciones, me decidí por un vehículo concreto y procedí a preguntar por su precio. El comercial, muy amable tras explicarme las cuantiosas prestaciones del vehículo y hacerme ver que era un vehículo de una calidad extraordinaria, me invitó a sentarme en su mesa y tras introducir una serie de datos en el ordenador imprimió una hoja en la que figuraba el precio del vehículo junto con los descuentos que meticulosamente subrayó con rotuladores de colores, así como el precio final.
Dichos descuentos solo se aplicarían si financiaba el vehículo mediante la financiera con la que ellos trabajaban.
Como, en mi caso, el vehículo que había elegido era eléctrico la situación era la siguiente: Tenía que financiar un mínimo de 13.000 €. Yo decidí que quería financiar 20.000 €.
Uno de los descuentos era un préstamo de 7.000 € sin interés, en concepto de adelanto del plan Moves III. Con este préstamo te hacían ver que el precio era 7.000 euros inferior y, es cierto que al ser sin intereses podría resultar una buena oferta si no fuera porque el préstamo tenía un plazo de devolución de un año, que era el tiempo que ellos estimaban que la administración iba a tardar en resolver la concesión de esta subvención así como su ingreso en la cuenta del cliente.
Pero no hacían ningún estudiosobresielinteresado, en este caso yo, cumplía con los requisitos exigidos ni sí este plan MOVES III, aún contaba con fondos para abonar dicha cantidad. De hecho, para que la subvención llegue a 7.000 €, se exige achatarrar un vehículo, propiedad del adquiriente. En caso contrario, solo se conceden 4.500 €. En fin, que ellos no tramitaban la ayuda, no hacían un estudio sobre sí el cliente cumplía los requisitos para recibirla, ni sabían si el cliente conoce los trámites a realizar por lo que, sin poder asegurar que el cliente fuera a recibir las ayudas, ellos adelantaban un dinero, durante un año, a cuyo termino el cliente se obligaba a pagar de una sola vez la cuantía total, hubiera recibido la subvención o no.
Yo, por mi parte, siendo conocedor de lo complicado que es tramitar esta ayuda con éxito y de que, en ocasiones tardan más de un año en resolver las solicitudes e ingresar el dinero, pregunté que pasaría si no se disponía del dinero de la subvención una vez transcurrido el año.
Me contestaron que cabía la posibilidad de refinanciar pero sin saber en qué condiciones, lo que supone poner al consumidor en una situación muy delicada pues, la deuda de 7.000 euros, agotado el plazo, resulta exigible en su totalidad, por lo que, en caso de necesitar refinanciar, el cliente podría verse obligado a aceptar condiciones muy desfavorables.
Pero lo que realmente me hizo rechazar la operación fue el descuento de 4.000 euros que decían hacer, sí financiaba con ellos.
El día en que íbamos a firmar la operación, exigí leer el contrato de financiación íntegramente, estando presentes en ese momento el comercial del concesionario y un representante de la financiera. Este último, al pedir leer el contrato, me quiso tranquilizar diciéndome que él me lo iba a explicar en un par de minutos a lo que le contesté que era imposible explicar en dos minutos lo plasmado por escrito en varios folios, por lo que no les quedó más remedio que dejarme leer el contrato. Debo añadir que el contrato no lo traían en papel si no en la tablet del representante de la financiera, lo que dificulta su lectura.
Sin embargo, pude ver que en el contrato aparecías dos cantidades de las que no se había hablado en ningún momento:
- Una comisión de apertura de 859,47 euros.
- Un seguro de vida de “prima única” de 2.617,74euros.
Lo que hacía un total de 3.477,21euros a sumar a la cantidad que yo había dicho de financiar.
Respecto de la comisión de apertura decir, que a la cantidad que yo quería financiar (20.000€) , le añadían el coste del seguro (2.617,74€) y le aplicaban un 3,80%.
Respecto del seguro, decir que era un producto que yo no había pedido y que, tras ver un poco por encima sus coberturas, no tenía ninguna utilidad para mí dadas mis circunstancias personales.
Por último decir que la suma de todas estas cantidades suponían el capital inicial a financiar. Recuerdo que el primer día que se habló de las condicionesdeadquisicióndelvehículo, yo pregunté directamente el tipo de interés de la operación y me dijeron que era de un 9,5%.
Pues bien, tras la inclusión de estas inesperadas cantidades, el interés, efectivamente era del 9,5% T I.N, pero la T.A.E real de la operación ascendía al 14,3601%.
Por supuesto, en caso de querer adquirir el vehículo a “tocateja” o mediante financiación ajena a ellos, desaparecían los supuestos descuentos.
Y así, aprovechándose de la buena fe del consumidor que además está necesitado o ilusionado con la adquisición del vehículo, se le engaña mediante medias verdades que le llevan a aceptar unas condiciones muy perjudiciales sin que se dé cuenta.
En mi caso, el importe final del préstamo era de 36.451,06€,partiendo de un capital inicial de 20.000€,es decir casi el doble. Eso sí, mediante el abono de “cómodas cuotas” mensuales.
Por tanto, tengan mucho cuidado con las “facilidades de pago”, pues la adquisición de coches mediante financiación, conllevan la contratación de productos complejos, muchas veces innecesarios, que encarecen el producto sin que se den las explicaciones pertinentes vulnerando, los derechos de claridad y transparencia exigidos por la normativa de créditos al consumo y perjudicando, por ende, gravemente a los consumidores que aceptan unas condiciones de endeudamiento sin saber lo que están firmando.
En que se tiene que fijar todo consumidor:
– Leer el contrato de financiación íntegramente antes de firmar:
. condicionesdeadquisicióndelvehículo,
. descuentos:plan MOVES III.
. facilidades de pago. ¡CUIDADO!
En el caso de no estar seguro de lo que vamos a firmar dirigirse a nuestra oficias de AICAR-ADICAE C/Gavin 12 50007 ZARAGOZA
Antonio Dionis Turney
Socio de AICAR ADICAE